Mata la vaca
- Vanina Arriola
- 18 dic 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 28 dic 2023

Cuando el conformismo se disfraza de pseudofelicidad… Mata la vaca
¿Te has preguntado si realmente eres feliz?
¿Crees que si?
¿Te dices a ti mismo que estás bien?
¿Que otros están peor que tu?
¿Que la felicidad no existe?
¿Que, para que cambiar?
¿Que mejor malo conocido?
Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre qué es la felicidad, y no hablamos del concepto general de felicidad, sino de lo que es ser feliz para ti.
¿Acaso sientes qué todo está hecho en tu vida?
¿Que no hay nada más que aprender, y nada más que descubrir?
¿Que no hay nada más que te inquiete, o que te invite a explorar?
¿Acaso sientes que moverte, cambiar o transformar, dejar una relación donde te sientes insatisfecho, o solo, es algo duro o difícil?
¿O Incluso que no es para ti?Porque a cambio,prefieres la falsa sensación de seguridad, de ese supuesto confort adquirido.
Si algo de esto te identifica, entonces piensa de nuevo…
Siempre hay algo que aprender, siempre hay algo que mejorar, siempre pueden existir nuevos objetivos a alcanzar, de hecho, de eso se trata la vida.
El motor de la vida es el deseo, y la falta de el, conduce al estancamiento de la vitalidad.
De hecho ¿Como puedes saber si realmente eres feliz, desde el desconocimiento de todas las posibilidades que existen ahí fuera, esperándote?
Te invito a qué reflexiones acerca del peligro del conformismo, de quedarte en la zona de confort y perderte mejores posibilidades de vida, solo por el temor al cambio.
Por eso voy a compartir contigo está fábula…Disfrútala.
MATA LA VACA
Un maestro y su discípulo llegaron a una humilde vivienda en el campo. Pidieron alojamiento para pasar la noche a la anciana pareja que vivía allí. Fueron bien recibidos por el humilde matrimonio, que les dio a comer un pedazo de pan y un vaso de leche.Esta leche, les dijeron, la extraemos de esa vaca que está en el establo y es nuestra única pertenencia y de la cual vivimos día a día, vivimos de la leche que le ordeñamos.– ¿Es su única pertenencia, su único modo de sustento? – pregunto el maestro– Así es – contestó el anciano.
Se fueron a dormir y el discípulo estaba muy conmovido con la anciana pareja.
Al día siguiente, el maestro despertó al discípulo y le dijo: ¿Ves ese cuchillo que está allí?– Sí maestro.– Bueno. Ve, tómalo y mata a la vaca.– ¿¿Qué??El discípulo no lo podía creer, portarse de esa forma con la anciana pareja que los había recibido con los brazos abiertos. ¡Matar a la única pertenencia que tenían!
Pero tuvo que aceptar la orden de su maestro.
Y se fueron dejando a la vaca desangrando.
El discípulo no dejo de pensar ¿qué habría sido de la entrañable pareja de ancianos?
Así que regresó junto al maestro al cabo de unos años.
Pero parecía haber un error. La otrora casa humilde, ahora era una hacienda que se veía muy prospera.Tocaron y les abrieron.
Pidieron posada y salió la pareja de ancianos, pero esta vez, muy bien vestidos.– Disculpe – preguntó el anciano- ¿No son ustedes aquellos señores a los que les dimos posada hace algunos años?– Así es, efectivamente- respondió el maestro- ¿Pero que pasó aquí? ¿Cómo es que ahora han prosperado tanto?– Ahh, pues fíjese que bueno que a ustedes no les pasó nada, estaba preocupado por ustedes. Fíjese que el día que les di posada, creo que entraron unos maleantes y mataron mi vaca, la única fuente de recursos que tenía en ese momento.Así que no me quedó nada más que cortarla en partes. Vendí la carne, el cuero, las vísceras y gracias a Dios me fué muy bien. Con el dinero compre otra vaca y aun me sobró, así que lo invertí en otra vaca. Con el tiempo esas vacas tuvieron más vacas y estas otras más, y así sucesivamente, hasta ahora tener más de 20 mil cabezas de ganado. Me ha ido muy bien y me alegro ahora de verlos y saber que nada les paso”Este cuento es la historia de nuestra vida.Nuestras “VACAS” son tantas y tantas excusas que nuestra mente no se cansa de repetir “no estoy tan mal como parece” “Aún hay alguien que está peor que yo”… Estamos anclados en nuestras seguridades por pequeñas que sean (trabajos, afectos, amistades,…) y no nos atrevemos a emprender nuevos retos, nuevas metas que nos lleven a otro estado mejor. Nos autoengañamos y al final una piensa según lo que cree y actúa según lo que piensa… eso nos lleva a no aceptar el cambio.
Tenemos miedo a lo desconocido, al fracaso… ¿Fracasar? Es estupendo el fracaso porque “no pasa nada, si caes te vuelves a levantar” no hay nada mejor que un fracaso aceptado, es una cura de humildad a nuestra soberbia y sobretodo nos hace mejores porque aprendemos. Porque nos enriqueceremos con la aventura y tendremos una experiencia vital que nos ayudará en otros momentos de nuestra vida.
Hay que atreverse a salir de la monotonía, a emprender nuevos retos profesionales y personales, luchar por los sueños y ¡siiiii, se consiguen! Si te decides y sales de tu monotonía, de tu aburrida vida, encontrarás por el camino dificultades, a mucha gente que te dirá: “espero equivocarme pero… fracasarás” “uff, eso es muy difícil” “imposible” “he leído en internet que la crisis…” “estás loco”… ¿Qué es lo peor que nos puede pasar? Estas “personas visionarias” tienen una alternativa mejor… ¿seguir con su aburrida, hastiada, inapetente y desanimada vida? Pues perfecto… mientras tanto un grupo de “locos” se divertirán en su apasionada aventura en busca de sus sueños.
¿Cómo puedo matar a la vaca? Matar a las vacas es un proceso, es un trayecto a veces difícil (porque tienes que salir de tu comodidad). Es un recorrido que yo asimilo a correr una maratón… necesitas visualizar la meta y plantearte pequeños objetivos intermedios. Este proceso de matar a las vacas se inicia tomando ACCION y siendo constante. El cambio de una persona se inicia desde el interior… Para ello es vital tener un crecimiento personal que se da a través de la formación, aprendizaje, hacer terapia, evolucionar en definitiva, tanto a nivel personal como profesional. Esto hará que poco a poco vayas, sin darte cuenta, matando a tus vacas.
¡¡¡Ánimo, mata a la vaca!!!!Celebra una fiesta con ella y empieza a soñar con tus retos.
(Fábula del libro “La Vaca” de Camilo Cruz)
Vanina Arriola
.Psicóloga .Psicoanalista .Terapeuta LNT®
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